PDLV XL: Estar con las ventanas abiertas, disfrutando del fresquito que entra por ellas y de repente escuchar como empieza a llover y tronar. Asomarse por una de ellas y disfrutar del intenso olor a tierra mojada. Cuando pasó la tormenta, descubrir un paisaje que cuesta creer. El cielo negro a un lado, azul de verano en medio y amarillo por el brillo de los rayos de sol al ocaso, al otro. El negro durante un , se coloreaba por un arcoiris. Se mezclaba frió y calor, verano e invierno, dos estampas diferentes, un olor exquisito y una fresca temperatura, de lo más agradable. Con los cinco sentidos a flor de piel.
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